-hueles eso muchacho? lo hueles?
-el qué?
–fiemo, hijo. nada en el mundo huele así…. qué delicia oler fiemo de madrugada! una vez, durante 12 horas, abonamos los campos de huesca y cuando todo acabó subí…. qué pestazo a boñiga de vaca!! (no quedó ni un solo cadáver de esos chinos de mierda)…. aquella colina, aquella colina olía a…. victoria!! algún día acabará esta guerra.