¿Como decírtelo?…. hablas demasiado aprisa, caminas demasiado rápido, eres demasiado joven, estás demasiado delgada y tu mundo emocional es demasiado caótico; más que el mío, lo cual ya es mucho decir. Has pasado como el vuelo rasante de un ángel despistado, dejando un eco de nostálgica dulzura. Ha sido precioso y queda algo. Mucho: lealtad, complicidad, comunicación… ojalá tengamos un epílogo duradero en forma de una sincera amistad. Me has hecho feliz por un día, o dos, o tres, y ambos sabíamos que «esto» se sostenía con alfileres y tenía fecha una caducidad inminente, así que no ha habido ni espectativas, ni decepción, ni engaño y en cambio si ha habido crecimiento personal y una vivencia íntima preciosa, con flashes para ser recordados eternamente.