«Cuando el mundo era lento como una tortuga, la información le llegaba a poca gente y con cuentagotas. Es esos tiempos, el prestigio intelectual consistía en acceder a la cultura, pero no importaba cuándo: llegar tarde también valía. Ahora, que la información es veloz, que en apariencia es de todos, sólo parece tener sentido acceder a ella antes que los demás. La velocidad parece darnos prestigio intelectual. O por lo menos nos tranquiliza un poco.
El cambio cultural más importante de esta era ha sido el incremento de la ansiedad en la población culta.»